ojos de la vagabunda

vaga #1/24 tiempos de pandemia

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parte XXIV

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koh Tao, en el golfo de Tailandia, las imágenes de esta hermosa isla nos acompañaran en este capítulo, isla donde me encuentro y algo de largo de 6 km por 2 km.de ancho, foto que tomé desde la playa hacia mi casa, la foto de la portada es donde se encuentra mi cabaña.


Me inquieta ser desubicada por despachar en tiempos de pandemia. Mis relatos son de viajes, aventuras entretenidas, humor, libertad y publicarlos es cómo de mal gusto en estos tiempos en que nadie se salva de una situación catastrófica, de cuarentenas, todo tipo de restricciones, de apreturas económicas por un buen tiempo, lo más cercano han sido las guerras, sin embargo, siempre afectan una parte del mundo y aquí estamos todo el planeta sin excepción bajo una situación sin precedente.  

Me siento incomoda, no solo por publicar, sino porque además estoy viviendo en una isla paradisiaca y nunca entro la contaminación, playas abiertas y cero ambiente de angustia, ni apremio colectivo. En una burbuja literal y que está prácticamente vacía y si se suma que Tailandia está extraordinariamente bien en cuanto al tema, sospecho dentro de un par de semanas estamos libre de infectados del todo, sería el primer país del mundo con una recuperación de más de 3 mil contagiados a su limpieza total y que sea una esperanza para los otros. No obstante, pienso también que publicar sería una distracción de lectura y cambio de tema…….me la juego


Dadas las explicaciones de mis sentimientos paso a narrar mi peculiar situación siendo esta mi bitácora de viajes y es el tiempo en que estoy, vaga #1: presente, pasado y futuro. Bien, estando a fines de enero al norte de Laos en la frontera con China, un amigo desde Singapur me advirtió que me alejara de China y de sus fronteras por el coronavirus, primera información y de ahí he estado al tanto a diario de cómo va la cosa en el mundo. Le hice caso a su consejo, no tan convencida y cómo afectaban más a los viejos y me topaba con turistas que venían en bus desde China con los cuales compartimos guesthouse, decidí bajar hacia el sur siempre por Laos. Así que de muy al principio he estado observando cómo se va expandiendo estando yo en la zona del inicio y viajando. Seis semanas más tarde, a mediados de marzo estando en Cambodia la pandemia empezaba a tener nombre de pandemia y empezaba a extenderse mundialmente en forma agresiva, empeorando drásticamente. 

De Cambodia pensaba irme a Filipinas, pero empezaron a cerrar fronteras y mi visa en Cambodia se me acababa y extenderia de dónde estaba porque no me quería mover de ahí por lo lindo era un tremendo lío que te dejan sin pasaporte por más de dos semanas, NOP !!!!  y de las cosas que yo me fijo siempre, consulados, en Camboya no hay embajada chilena y qué pasa cuando se me pierda el pasaporte ? a dónde recurrir ? Europeos y americanos que son paranoicos con perder sus pasaportes les digo -yo debería estar paranoica, embajadas chilenas en países pequeños no existen-, mientras de la unión europea y gringas están en todos. Cómo salgo ? cómo soluciono ? 

Comparto mis días en la isla porque no es común, no lo haría si fuese la misma historia del resto más bien conocida por todos…... Cómo soy afortunada y conozco varios rincones en el mundo que podrían ser perfectos para una cuarentena, pero tenía que contar con visa por un largo periodo, así que decidí retornar a Tailandia, vuelta a casa. Mi bendita visa de residente una vez más me salva. Conocí la isla Koh Tao el año pasado, me gustó por lo chica, tranquila, de una belleza maravillosa, con un glamour de chic, buenos restaurantes y lindas caminatas, y partí como tiempo para guardarme aún voluntariamente. El mismo día de mi llegada, 26 de marzo se implantó la cuarentena a los recién llegados, pero esas cosas de mi angelito de la guarda al bajar del ferry bajo una gran contingencia de policía, personal de salud y voluntarios en forma estricta interrogaban a los llegados. Una joven mujer farang ( son los occidentales viviendo en Asia) me pregunta de dónde soy ?  - de Chile -  se encoge de hombros, la respuesta más inesperada, preguntó a otro colega en voz alta…., de Chile ?  que pasé no más, sin trámites para entrar en cuarentena. Error crucial de pregunta, debería ser -dónde has estado los últimos 15 días-  y mi angelito me salvó de una demasiado grande, aún sin saberlo. 

 Koh Tao, fue y es un acierto, y sobre todo que nunca llegó el coronavirus. El cierre total vino 5 días después, no se aceptaron más ferries, Tailandia entró en cuarentena parcial y limitación de movimiento en el país. Días después se implementó un ferry nocturno y roñoso de carga dos veces a la semana y sólo se podía salir entre de balones de gas vacíos y no mucho más ya que solamente se traen cosas a la isla, la que no podía quedarse sin abastecimiento, con un tiempo de 9 horas versus el turístico de día de 2 horas para llegar a tierra firme. Así cómo dice la palabra y sería literalmente y en estricto rigor estaba aislada en una isla. Pero en mi caso es lo opuesto a la palabra cómo que aislada estás en situación adversa y sin ayuda, he estado aislada en Farellones por caminos cerrados por la nieve y en mala, bien aquí rompo el concepto, aislada en una cabaña a diez metros del mar, con un clima maravilloso, y no muy húmedo, lo justo, en una isla vacía y paradisíaca. Quedaron pocos turistas a los que se le extendieron la visas automáticamente sin trámites por tres meses, y esto fue ideal para los jóvenes (europeos) los que muchos tenían sus trabajos congelados hasta nuevo aviso, o bien a la espera de posibilidades de retornar de alguna manera a sus países. Por ejemplo, a Alemania solo salen dos aviones a la semana, los que colapsaron por un buen tiempo con asientos de por medio. Interesante ver cómo unos países y otros abordan la pandemia por lo que converso con ellos de los países europeos, versus a lo que se vive acá y se escucha de otros incluyendo de Chile. 

isla en los 80’s era para prisioneros, luego solo 5 familias pasaron hacer los dueños, yo vivo con una de ellos, una vieja de cien años que no habla una jota de inglés, arriendan las tierras para mantener el dominio de sus tierras aunque ahora empezaron a vender. 

Es definitivamente una estadía completamente diferentes a todas mis previas de todo mi andar y sin tener otra opción. En otra ocasión entraré en detalles porque me son de curiosidad antropológica y voy a escribir algún día  “convivir con europeos’, y no me refiero a los de raíces latinas. Es un contraste tremendo, no me deja indiferente. Experiencias tan opuestas a lo que he compartido con los asiáticos todos estos años e inclusive aquí mismo en la isla, unos abundan de amabilidad, generosidad, entrega, sonrisas espontáneas, sin cuestionar nada, mientras los otros carecen, poco y nada que aprender de ellos. Queda en el tintero.

 

actividad de pandemia, la isla que recibe varios cientos de turistas por día, quedó casi vacía, un placer, pero no obstante, una gran pérdida de trabajos ya que es la única actividad que vive la isla y muchos cesantes; housekeeping, meseros, agencias de viajes, locales de artesanía y ropas, restaurantes suma y sigue. Con el pasar de los días me tocó apreciar cómo los isleños empezarona disfrutar de su playa, con los hijos que no tenían clases, lolas con su música, pescadores con sus redes que las lanzaban en el mar frente a “la” playa, ya que “la” playa no hay otra grande y de fácil acceso siempre ha estado llena de turistas; bañándose, o como se usa acá reposando por horas en el agua, y era imposible poner las redes, pichangas cuando la marea está baja, o ratos de largas conversas entre ellos o reparando cosas, locales, botes. Hago un alcance, nunca escuché una queja, la palabra nunca, cientos sin trabajos, algo extraordinario sobre esta cultura.

Retomo del porqué de mi angelito de la guarda me salvó de una demasiado grande y porque habría sido un paraíso total, el paraíso es total hasta que uno cae enferma y lo romántico de lo chico de la isla pasa hacer una pesadilla. A los pocos días caí con fiebre, fines de marzo. Pasaré a compartir hechos sensibles que viví y están en este mail que envié a un desconocid@ y que copio, mi crónica de esos días de cuerpo y alma. 


Estimad@ :Haz puesto tu mail al final del libro que yo he recojido, es una invitación consciente a que te contacten y aquí estoy. Hablar con un@ extraño@, a veces resulta más fácil o en mi caso libre de contar la historia completa, una más de las marcadoras de mi vida, libertad que no me doy con mis queridos, tiende uno a protegerlos, ahorrarles pesares y preocupaciones y más de alguno piensa -te pasa por tener ese tipo de vida-, pero no te lo dice. Agradezco que no hubieses dicho con un máximo de 235 caracteres como cuando uno solicita algún reclamo de un seguro....

Alrededor del 23 de marzo paso por Bangkok en busca del lugar para hacer mi cuarentena voluntaria, venía de Cambodia y mi visa ya expiraba y las fronteras se cerraban, luego de pasar por plan a, b, c,  todos frustrados y lo responsable era retornar a Tailandia, por eso pasé por BKK dos días para dirigirme a la isla de Koh Tao, mi destino final y de donde escribo este mail.

Dejé Chile hace más de dos años y medio y he vagado por el mundo, solo poseo una maleta en esta tierra y soy una persona muy feliz. Los dos últimos años en Asia y lo que extraño siempre es leer en español, no así el vino, el pisco sour, ni las cazuelas. Lo primero que hago antes del “check in” en cualquier lugar me voy de una a los libros en busca de uno en español, la suerte es menuda, contaría con los dedos de una mano en todo mi caminar, no obstante han sido buenos. Parto leyendo rapidísima atarantada para luego pasar a la lentitud máxima para que no se me termine. Me topo con el libro “La Mecánica del Corazón” donde tú lo dejaste, tu libro, la verdad que algo desilusionada, era muy delgado, se me va ir muy rápido..... además mis preferidos son escritores de habla hispana y no de traducciones. Este era traducción de un autor que ni conocía. Obvio que regateo ninguna posibilidad, y no fue esa fuerte emoción de premiarme con uno. Se me venía la cuarentena y solo andaba con un Thriller Gringo, mi inglés es decente, pero no para prosa, y los thriller se encuentran por montones, me digo vamos practicando el inglés, algo aporta. No puedo estar un día sin un libro en mi mochila, aunque no lea por semanas, solo la idea me desestabiliza. Una anécdota hace dos navidades invité a mi hijo menor a pasar las vacaciones de verano (hemisferio sur) y le pedí que me trajera libros, llegó con 12, pasamos un tiempo viajando juntos y al despedirnos me dice: "mamá, cuando quieras te traigo más libros ", fue su manera sutil de que lo invitara de nuevo. 

Llegué a Koh Tao, el 26 de marzo, me acomodé de lo lindo frente de la playa con la arena en mis patas, me hice una rutina de largos nados y caminatas, decidida a pasar a hacerme cargo de mi cuerpo, algo de sobrepeso, qué mejor no me moveré de aquí, aún con mi libro gringo a medio camino. Me despierto un día como a las 5 am, me sentía afiebrada...... mierda y mierda, por la gran puta........no puede ser ....es el coronavirus, por la reconcha de su madre !!!!!!!!.  y ahí se me pasó en un segundo mis últimos pasos de los 10 días anteriores, lo revisé y revisé cientos de veces, había tomado un ferry en Camboya de la isla Ko Rong, luego bus por 8 horas a Phnom Penh, la capital, de ahí avión a Bangkok, metro del aeropuerto a la ciudad con puros viajeros de cualquier parte del mundo, varios taxis, bus nocturno hacia el sur y ferry a Koh Tao. Resumen enclaustrada con turistas y sobre todos eran jóvenes que ni estaban ahí con precauciones como mascarillas, ellos son invencibles como se creen. Soy de alto riesgo, tengo 61 y fumadora y lo peor viene acá, en la isla no hay asistencia médica para complicaciones y no podía andar esparciendo el virus, culpable me sentía de tenerlo y que alguien con solo que me mire me sentía culpable de arriesgarlo. En la semana que he estado no había entablado conversa con nadie y la dueña del bungalow donde estoy es una vieja de 100 años, tailandesa que no habla ni una jota de inglés, solo pasa alguien cada 3 días a recoger basura. Sola, si me voy en fiebre cómo pido ayuda ?  cómo consigo comida ? Para el récord, no pánico fácil, he vivido con dos hospitalizaciones en estos años de viaje. Pero acá, era diferente, me vino el terror, me costaba respirar de susto. Esperé hasta las nueve de la mañana, me forré entera con un calor de 35 grados, doble mascarilla y partí a comprar un termómetro, paracetamol, más mascarillas, más gel de limpieza, guantes, lo hacía en distintas farmacias para que no sospecharan. Yo en un estado catatónico, congelada, pero tenía que atinar. La chica que me vendió el termómetro me miró con una cara de desprecio o de susto. Regreso a mi lugar, si, tenía fiebre. Lo primero que hice al instante fue llamar a mi hijo mayor, yo asustadísima, cosa que no es mi característica y disimulando para no traspasarlo, sin dramas le dije: sospecho que tengo coronavirus, estoy con fiebre. Tenía claro las instrucciones que darle y me fui de golpe, sin sutilezas: saca toda la plata de mi cuenta corriente, pásala a la tuya. Esa plata es para usarla en caso de muerte, una vez que se haga un certificado de defunción se congelan, hazlo todo transparente ante tus hermanos, que mi hermano mayor haga de la repatriación, que no le contara a los sus hermanos menores ( una mujer de 21 y un muchacho de 20 años), ellos viven con su padre que es un cero a la izquierda y no hay contacto por años y de no contar con él cómo debería proceder en estos casos, le dije que buscaría un médico, pero dudo que este test estuviese acá. Yo me decía; Peque, piensa ahora que puedes ,!!!!!!   y no tener a nadie cerca para dar instrucciones en el momento oportuno, tenía que hacerlo yo y ahora que empezaba la fiebre, quizás en 10 horas más sería insoportable.....  Si, se me vino a la cabeza mi cariñoso y amigo abogado en Chile, Ignacio, le escribí un mail, que se hiciera cargo de todo, con instrucciones de repatriación, de cumplir mi promesa de pagarle el master a mi hijo mayor, que mi hermano se haga cargo de venir a buscarme, tengo cuenta de banco en Tailandia le di los datos de la cuenta y contacto de alguien de acá que pueda hacer los trámites correspondientes para rescatar esa plata que no era menor, que me incineren y las cenizas las esparzan en las montañas del valle de Curicó, que no conocía y así poder seguir conociendo, la canción de Edith Piaf "Je ne regrette rien de rien " y que asuma todo y dejar a mi hijo libre de esto. Le dije que le mandaría un contacto de Chiang Mai, una amiga tailandesa que será mi apoyo desde acá y el nombre del supuesto médico que me vea y que por nada avise a mis hermanas caerían en una crisis de histeria y no me ayudaría en nada y mi maleta no hay nada de valor para encargarse y mi computador a Pilar adjunto su fono y la clave para que se meta en mis escritos y cartas ya había escrito una autobiografía de mis complejos años de vida y ahora quería que retome e incluyera estos dos años y medio que tengo indistintamente escrito. No soy pretenciosa, ni presumida por el contrario, pero he tenido una vida de aquellas, no por lo fantasioso por el contrario, sino por ser sobreviviente, lo único fantasioso son estos años y que han sido de una intensidad a mil.

Luego, salí forrada, culposa a morir, a una consulta médica que había visto en un cartel, pufff no lejos, solo pedí la tarjeta, de ahí me fui a comprar minutos para hablar en el teléfono, solo tenía data, culpa y más culpa, sacar plata suficiente del cajero, una semana, dos o dos meses ? ..... culpa más culpa por andar en las calles, de ahí me fui a un minimarket, compré 10 fideos instantáneo, café en sobre, tarros de atún, de vegetales, m&m para endulzar la angustia, cigarros hasta me compré un whisky, nunca me ha gustado, el más barato, no valía más que la cerveza, pero necesitaba " un juerte" era extremo, un reponedor de cojones. Regreso a mi bungalow, me viene las otras preocupaciones, me iba a faltar un remedio imprescindible y sé que lo encontraba solo en la farmacia cerca del muelle, 35 minutos caminando......no puedo caminar eso.....y con este sol.....no puedo. Necesito a alguien que me chequee a diario, que me traiga remedios y comida. Tenía un hervidor, así que el agua la hervía y salvaba el agua para tomar. Lo otro mi vecino de bungalow a menos de 10 metros cada terraza creo que era alemán de más de 70, yo la primera semana  !!  good morning, good evening !!! y hasta ahi nomás, y en esa semana me veía, nadando, leyendo en la playa, mis caminatas.....y desaparecí, no abrí más la puerta de mi bungalow, ......va a sospechar, le dirá a los otros, me odiaran....me empecé a tomar la temperatura en el baño por si alguien me viese por la ventana con el termómetro en la boca. Tuve que hacerme de fuerza para llamar al doctor, me contestó de inmediato, le dije estoy con fiebre y he estado expuestas los 10 últimos días al contagio, tengo 61, soy fumadora y viajo sola. Tenía 37.7, empecé a registrarla 3 o 4 veces al día, me controlaba de no hacerlo cada media hora. Dijo que la fiebre no era alta, 37.7, para mí sí lo era, que le avisara cuando subiera....pero mierda, si sube mucho también me voy al carajo......no sentí ayuda, ni preocupación, quedé casi peor, enfin ya tenía el numero de teléfono, un doctor, era bastante. Luego contactarme con mi amiga Moy en Chiang Mai, por alguna razón el wasap me salía error de llamada, consiguiendo por amigos que ella me contactara, a las 4 horas logré hablar con ella. Se haría cargo de todo y cariñosamente, le dí nombre y teléfono del doctor y ella lo iba a estar llamando, hablan tailandés por ahí pensé que se lo tomaría más en serio, le dí mi contactó de mi abogado. Al final del día, abogado, Moy, doctor y yo coordinados y mi hijo afuera de todo. Así terminé mi primer día. Día siguiente, sigue la fiebre y yo ya tendida plana en cama, voy a necesitar mis remedios, que alguien pase por el bungalow a verme, que me traiga comida y creo que por ahí o al día siguiente empecé a leer tu libro, “La mecánica del Corazón”,  pufff español, grato, chico, pero algo. Me costaba mucho concentrarme, tenía que leer una y otra vez la misma página, me esforzaba y de a poco fui cayendo en la magia del libro, empecé a pasar las páginas una tras otra hasta que me rendía la fiebre. Al cuarto día sin mejora, pero no empeoraba le escribo y le hago saber a mi hija de 21, que tenía coronavirus, el punto que ella había peleado a muerte conmigo a menos de un mes, le dio una pataleta de adolescente que sacó trapitos al sol hasta donde no los habían. Nos queremos mucho y somos almas gemelas. Le dejé en el wasap que tenemos que hablar, pensaba si me moría ella se culparía el resto de sus días por haberme maldecido de tal forma, y no veía un reencuentro por un tiempo por su parte. Me llamó amorosamente y conversamos y me obligó a prometerle que no iba a fumar, le decía no tengo problemas pulmonares, ni tos, ni jadeo, pero le prometí y lo hice con su resto de esfuerzo, y que comiera, que le fuera avisando. 

 

esta foto me gusta mucho porque no se distingue mar con cielo, se da en muy escasas condiciones, entre luz, nubosidad pareja, cero viento, cero marea, es como un barco que va al infinito.


Cómo se me iba a acabar tu libro pronto y aún estaba funcionable me fui de noche al hotel del lado que ya había hojeado que tenía un estante de libros afuera de la oficina, culposa hasta la médula, partí tipo once de la noche saqué uno a media oscura y fijarme mucho que no fuese en alemán, quizás estaba contaminando los libros aunque lo hacía con guantes, pero todo se te tupe....ya no sabía qué era lo correcto, de cómo proceder. Al día siguiente le escribo un mensaje al médico que me venga a ver como consulta a domicilio, yo no quería salir ( a 5 minutos caminando ), ni me pescó, así que fui a su consulta, me atendió, e igual; tu fiebre no es alta.... - yo le decía de nuevo estuve expuesta, tengo 61, fumo.....y si me podía contactar con alguien que me chequeara una vez al día,     Para qué ?    - a ver si necesito comida, o que me vaya a comprar remedios.... caminó conmigo hasta la playa a un restaurante cerca de mi bungalow uno de los pocos que quedan abiertos, habló con la chica y que yo le pidiera a ella la comida, pero tenía que ir a buscarla......y se desentendió, me dijo; quédese 15 días en casa o me llama cuando sobre los 38 grados. Quedé peor que la fiebre, abandonada y mucho más desmoralizada. Ya tenía pegado en el muro la tarjeta del doctor y el teléfono de Moy diciendo que es una amiga tailandesa y junto al costado de mi almohada tu libro,  "La mecánica del corazón", que lo leía antes de dormirme. Al sexto día todo igual, mi vecino debería estar convencido de algo raro, nunca más un “hello” y yo encerrada bajo siete llaves. Llamadas de amigos y waspap que me llegaban no contestaba, o bien un ok a secas. Nunca lloré, nunca perdí el control, nunca me destrocé del todo, era preocupación por lo que complicaba a todos, morir fuera del país, en una isla ínfima sin infraestructura para esto, el mundo en pandemia y nadie se puede mover por meses, complicaba todo de tal manera, morir en sí, no era el tema que pesaba, siempre he dicho hoy es un buen día para morir, excepto por los años de crianzas de madre sola. En mi vida no tengo ningún pendiente y es un lujo decirlo.

 
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Tipo 6 pm del sexto día no aguanté más......y partí con mi culpa a cuesta donde están los locales que son 7 calles a unos 15 minutos de caminata ya que recordaba haber visto un centro médico, algo lejos, pero me animé, siempre forrada por dos.......... Un doctor joven me atendió, me dijo no hay test en la isla, pero tienes problemas de tos o pequeñas carrasperas ?... nop !! ..te voy a tomar examen de sangre y de orina, el de orina pensaba para qué ? y me dieron un medio palo con la cuenta, ni tenía la cantidad en mi bolso, pero no lo pienso dos veces, entregada y urgida, al día siguiente tenía que ir por los resultados y vuelta a casa y seguía leyendo tu libro "La Mecánica del Corazón" , me habría a la fantasía, disfrutaba su prosa, qué placer, qué bien escrito, qué original, eso fue un regalo de luz en mi oscuridad, aunque por momentos breves leía y luego volvía a Netflix para aturdirme. A las nueve de la mañana del día siguiente regreso a la clínica enana, dos piezas yo siempre con la mochila de culpa y forrada con anteojos de sol y sombrero, calcetines, doble mascarilla, me mira el médico con una sonrisa y me dice; no, no es coronavirus además no tienes síntomas de resfriado por eso te investigué, pero yo sabía que hay asintomáticos y un 13 % sin tos. De la sangre dice que tuve o tengo el dengue el que da con fiebre y con decaimiento fuerte y que el sistema inmunológico se estaba haciendo cargo y del pipí me salió una infección en el conducto urinario y no da síntomas como cistitis y otros males de la infección urinaria muy reconocibles. Esta infección que no da síntomas más que fiebre. 

Estimad@, caí rendida....... una de las razones de mi internación en el hospital en Bali por una parte fue por lo mismo una infección en el conducto urinario ahí llegué a infectar los riñones, me era familiar el término, y si pienso en positivo que bueno por la paranoia del coronavirus que paniqué y terminé con exámen de orina y puedo parar la infección antes que se pase a los riñones ....... no, no se me cayeron las lágrimas como habría esperado al gran alivio ante tanta angustia, pero ahora que te lo escribo, si. Partí con antibióticos, llamé a toda la red de apoyo e hijos a contarle la buenas nuevas y vi Netflix todo el día, no tenía cabeza para digerir todo lo pasado y sufrido, en el atardecer salí a caminar por la playa, !!!! ya no contamino...!!!!!!!!!!    y empezó el dolor muscular que llevaba sin darme cuenta, empecé a desenrollar cada centímetro de músculo, a respirar hondo..... esto fue hace dos días......ayer en cama, con la puerta abierta, enmiendé ropas que tenía pendiente, lavé otras tantas, hice aseo profundo a mi pieza, salí a comprar un path thai de pollo. Llamé a otra amiga tailandesa hablamos muy largo y su drama perder su trabajo al igual que el marido, darle apoyo moral y hasta algo material ya que daba a luz el próximo mes y ambos sin trabajo, total soy afortunada y a compartir, volvieron las bromas y escucharme volver a reír... me hizo cosa. Anoche antes de dormirme pesco tu libro y en la página 99 sale escrito de tu mano:    6-enero-2020 tren Chiang Mai a Bangkok ........ quedé en silencio, aunque vivo en silencio, pero es del otro, el de la mente en blanco, me fui a la última página alguien dejaba rastro, tal cual y salía:   este libro viajó conmigo desde México. Si lo leiste avísame, mail a xxxxxxxxxx  @gmail.com.  Eran como las once de la noche y me fui a la playa a digerirlo, ......un mail..... he leído libros de hostales por montones y nunca un mensaje como este. Alguien que abre las puertas, seguro que esperabas un comentario simple, y amable y lo habría hecho, pero ya vez lo viví con tu libro que siempre estuvo en mi almohada y fue mi pequeña luz. Me pasaste tu libro y hubo una razón mágica aunque fuese chico, de escritor no hispano y que me dio alegría de leer magia, literatura, el arte de la palabra, eso deja un sabor tan esperanzador, sacarme de mi rollo por algún rato y disfrutar y pero por sobre todo tu mail, y creo que te queda claro el porqué de este mail, me has dado el espacio de contarte fielmente mis días junto al libro. 

De los personajes descritos todos saben en formas parciales mis pesares, pero las sensaciones, pensamientos y miedos personales solo lo he depositado acá, a un extran@, a ningún querido mío le transmitiría mis miedos o mis fantasmas del momento. Tampoco te habría escrito sin que tuviese la certeza que toda mi pesadilla terminó. El libro lo terminaré en una de estas noches..... hoy por la mañana te escribo, me urge hacerte saber la historia, la compañía y confort del alma que me dio y que nació de otra mecánica del corazón. Me despido en deuda, agradecida y con 37.5 de fiebre ya me puedo reír ( solo por dos días más, hasta que el antibiótico funcione ) y de haber conocido su autor Mathias Malzieu.

un abrazo a mi estimad@ amig@ extran@  ánimo donde te pille tu cuarentena y fuerza por todo lo duro que conlleva.

 
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nunca obtuve respuesta, a veces me digo la realidad supera la imaginación con la historia de este libro y denominé esos días como “the was fucking scare time of my life”. Aclaro mi angelito me dio una buena ayuda, si hubiese sido registrada con cuarentena como me correspondía y me salvo decir que soy de Chile, tendría chequeo de fiebre a diario por la policía, o de no ir en la noche al minimarket días antes de que empezaran a tomar la fiebre a todos los que entraban y….. qué hubiese hecho ????  no tenía contacto con ningún ser viviente en la isla en aquel entonces.



 

curiosidades local de pandemia, entrega de arroz, huevos y varios, ponen la hawaianas para hacer la fila y el castigo al que no usa mascarilla le hacen hacer abdominales.


Cincos días se alivio, repuesta sobretodo emocionalmente y vuelta a disfrutar a concho el paraíso, mis largos nados sobre los corales en esas aguas cristalinas y caigo con cistitis, vuelta al doctor más antibióticos y cama, no más nados, ni caminatas…. el ánimo me lo salva mi casa con su inmejorable vista al mar, playa a mis pies, me recupero, ánimo en ascenso, luego caigo con otitis, vuelta a antibióticos, tercera vez en un mes. Una vez recuperada sobre todo dispuesta a disfrutar, retomar mis nados diarios y mis caminatas al muelle por un camino precioso paralelo a la playa mi tobillo le vuelve el dolor e inflamación, vamos de nuevo con remedios y reposo. Termino este capítulo ya con MRI en mano, salí en la primera lancha cuando se pudo, luego de dos meses una vez levantada a la cuarentena a la isla grande Koh Samui, y claro todo mal, complicaciones post operatorias. De regreso vuelvo a koh Tao hacerme rehabilitación por 3 meses y nada más, estoy a tiempo completo con auto kine aprendida de google y masajes terapéuticos, el país de los masajes milenarios, que mejor. 

 

igual me las arreglé para conocer mis vecinos que nos acompañamos en la cuarentena y la pasamos muy bien, y mi vecina, Cathy, una alemana, nos hicimos muy amiga. Ella de Júpiter, yo de Martes y nos encontramos en Saturno, porque no tenemos nada en común y llegamos a desarrollar una lindísima amistad. Paso hacer mi chofer con su moto me llevó a recorrer la isla, apoyarme en todo lo que necesitaba, me enseño comer vegano, puffff, pero terminé comiendo y bien, total para la dieta que estoy me calzo de maravillas, porque yo jamás pisaría un restaurant vegano. Gracias Cathy, fuiste muy generosa, alegre y siempre disponible, quedo con tu amistad y mis mejores recuerdo. Fotos de mis lecturas playeras y salidas del nado en ese mar tan hermoso, adopté un perro “gringa” y celebré mi cumpleaños con mis vecinos en que hicimos una piñata con la cara del coronavirus y le dimos duro hasta destruirlo, fue una catarsis, matar el virus.




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Termino con esta foto, si tenían que venir todas estas penurias de salud qué mejor que acá, y recuperarse definitivamente de la pata. Es el mejor lugar de mundo y desde mi balcón todo se supera. Afortunada. 

empecé a realizar una nuevo glog en esta misma página pero no se me despacha automáticamente “ photo gallery” bajo “ojosdelavagabunda” son una colección de fotos con un tema en cada capítulo, va el primero y hay que verlos en el computador por ser solo imágenes con cierto formato.







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Peque Canas