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Crónica; una isla paradisíaca #2

La vida desde el balcón


El acceso a vista en mi vida es mi requerimiento no negociable, el resto en cuanto a calidad de lugar, decoración, housekeeping tienen menor valor. Por los ojos entra la luz, los colores, las formas, la vida y mis ojos son los que le han dado sentido a mi existencia cómo artista visual y ahora cómo observadora de mí alrededor en el vagabundear planetario. Cuando los ojos ven paisajes hermosos el espíritu se alegra. Contemplarlos, absorberlos y disfrutarlos por un tiempo sostenido va haciendo lo suyo dentro de uno. La vista hermosa me produce un alma más alegre. Con un alma alegre se respira tranquilidad interna y esa tranquilidad invita a la reflexión y me suma qué la observación de la naturaleza me recarga de energía y me calma a la vez. 



El balcón, de unos 1.8 metros de ancho por 4 de largo. En ese espacio reducido mi vida transcurrió por 22 meses con ciertas interrupciones, dónde el dormitorio era estrictamente para dormir. Este particular balcón en la playa misma con arena blanca a mis pies, debajo de cocoteros y a diez metros del mar dependiendo las mareas. En noviembre 2019, tuve una operación en el talón de Aquiles, en Chiang Mai, y para marzo del año siguiente estaba muy mal, tiempo después del postoperatorio mostró complicaciones por un período bastante largo y daños colaterales complicados de recuperar. En este balcón encontré el coraje para seguir soportando las adversidades del postoperatorio, una lucha silenciosa por más de dos años para no perder la esperanza de una plena recuperación y volver a mi antigua vida. Ahuyentar permanentemente la incertidumbre y miedos a no volver a caminar al menos cómo antes y mi vida de trotamundo que aún no he decidido darle término, es obligatoriamente caminando. Y con la paz qué encontré en cada día, y de los que calculo fueron más de 600 días de mirar el mar, las mareas, las nubes, las estrellas, sentir el viento, la lluvia, ver los perros jugando en la playa, ver los pescadores, los botes moverse, las puestas de sol a diario, me dió la fuerza necesaria para mantener la templanza, el espíritu calmo, siempre apoyándose uno misma y reinventándose en silencio a cada rato al compás de la naturaleza. 



Vivía en el balcón de las 9 am a las 10 pm, dos mesas y dos sillas plásticas corrientes, una verde y otra celeste. No soy de hamaca, es lo qué se usa comúnmente en la zona. Fue mi lugar de vida para escribir, leer, contemplar, pensar, divagar, aguantar y de hacer las kinesiologias. Fue mi comedor, mi living, mi biblioteca, mi sala de recepción, sala de costura, mi taller de artesanía. Lugar de fiestas, y de asados con mi precario barbeque. Al tiempo me autodenominé la alcaldesa de las cabañas de Máma O’chai. Los pocos que llegaban para arrancarse de la cuarentena de Bangkok que llevaban a trabajar -on line- desde la isla, o los escasos visitantes caían bajo mi alcaldía. Los recibía con cervezas ilegales en tiempo de ley seca y muy apreciadas a una bienvenida junto a la puesta de sol en el balcón. De ahí salieron amigos y anécdotas por montones. 




 

Unos 15 meses estuve completamente sola en las cabañas en forma intermitente. Adopté un perro qué por las noches llegaba al balcón dormía en mí silla, le daba tarros de sardinas que los disfrutaba mucho mientras yo le conversaba del día, durante el día no sabía dónde lo pasaba y sé que odiaba el mar. La Gringa, ella, porque era de pelo claro, y en una de mis idas a la isla grande por una semana ya no la volví a ver y supe que otros la habían adoptado y buena cosa, yo estaba de paso por eso no hice nada en mantenerla a la fuerza, libre de entrar y salir. Cómo tuve muchísimo tiempo disponible y siempre sentada me entretenía decorando mi espacio, con sobras de cosas y las fui reciclando y enchulando el lugar y remodelándolo cada tanto, según lo que caía en mis manos.

 
 
 


Para el final los cocos eran mis objetos favoritos, poniéndole los anteojos y casco que ya no usaba, formando -la parada de los cocos- Podía ver cómo las hojas de los cocos crecían día a día, unos 5 centímetros cada dos días. Admirable la fuerza y generosidad de la naturaleza en estas latitudes del mundo.

 


Sobre las fotos de arriba, con el tiempo descubrí la belleza de las raíces de los bambú, con una preciosidad de dibujos en relieves, de tonos blanquecinos, una finura escondida bajo tierra. Mis eternas horas de costuras, foto que me sacó Cathy desde su balcón; pilchas que las achicaba de tallas a medida que bajaba de peso o luego por reparación de estas por ser ropas de verano y las telas finísimas, cómo me gustan, sin embargo, mueren pronto al uso que le daba a cada una por tener poca ropa y cuando ya no tenía más que hilachas que remendar la transformaba y pasaban a ser parte de la decoración. Nada se salvó de mis manos en mis tiempos de ocio, los que fueron abundantes. Luego que la Gringa desapareció me conseguí a Mamut, ya que Tailandia es el país de los elefantes y fue compañero de bicicleta en su canastillo y luego pasó a ser mi compañero de balcón en diferentes modalidades.


De mi llegada al balcón en marzo del 2020 hasta que dejé la isla definitivamente a principios del 2022 me concentré estoica y obsesivamente en mejorar el pie con kine, con idas cada tanto a tratamientos en el hospitales de Koh Samui, Bangkok y Chiang Mai. Dedicada a la natación, bajar de peso con dietas estrictas, suspendí cervezas y vinos hasta fin del año. Para finales de ese primer año había bajado 16 kilos, y logré dejar el cigarrillo para siempre.

 




esta foto me gusta mucho porque no se distingue mar con cielo, se da en muy escasas condiciones, entre luz, nubosidad pareja, cero viento, cero marea, es como un barco que va al infinito.

La primera Navidad en el balcón invité a Apollo, el único extranejo con quién hablaba en aquel entonces, a un asado de pescado fresco. Apollo, de nombre Paul, lo apodaron así en su pasada de años por Italia, dónde trabajó en un grupo de teatro callejero por Europa, pero fue un apasionado marino mercante, hombre de 75 años y otro vagabundo del mundo, osea sin residencia en ningún lugar y con una historia inverosímil, un hombre sin país, un caso extraño y paso a compartirlo. Él es de Rhodesia, en el sur de África, hijo de ingleses colonizadores. Rhodesia ya no existe y hoy se llama Zimbabue. Rhodesia era colonia británica, estos ingleses se rebelaron contra Inglaterra y se autodenominaron país independiente del Reino Unido. Entre 1953-1963, el 1965 fue declarada república y reconocida 1980. En ese entonces en las colonias africanas y asiáticas devolvían a sus habitantes de orígen el país, dé esto al final de la segunda guerra mundial. A Rhodesia con su emancipación le fue muy mal, se le hizo Boicot internacional y el país quedó totalmente aislado. Luego vino el levanatmiento de los negros contra los blancos ya qué no eran capaz de sacar al país adelante, perdiendo todas las exportaciones de tabaco, té, café, y dónde los ingleses no eran más de un puñado que lo manejaba. Terminó en guerra civil, dónde su hermano menor murió como soldado y arrancaron muchos a Sudáfrica que son vecinos, esto antes de apartheid. Sin embargo, Sudáfrica es parte del Comomonwealth -son las ex colonias británicas- no les dieron una acogida fácil por auto independizarse del Reino Unido, y crear su propio país. Vivió años es Sudáfrica con pasaporte de Zimbabue y tenía cada tantos meses qué pedir visa. En Sudáfrica conoció el mar y cayó en fascinación e hizo carrera en navieros, hasta capitán. Muchos años después trató de volver a Zimbabue y comprar tierras una vez que los negros se hicieron del administración el país, le recomendaron que no duraría ni un mes, ya no querían a ningún blanco y qué fuese del país. Y así salió arrancando por amenzas, sólo pudo estar menos de una semana, y ya no había cabida para los blancos, sólo algunas excepciones. Un hombre sin tierra. Consiguió en Australia con un cónsul ajeno a todos los enredos y resentimientos de Africa un pasaporte inglés, qué es con el que vive ahora, cómo hijo de ingleses. Técnicamente se podría ir para allá y le tomaría meses en hacer y demostrar residencia en Inglaterra para algún beneficio, su hermana vive allá. Con Apollo tomábamos un café cada 15 días y compartimos algunos paseos por la isla. Todo un caballero, un lobo marino, un solitario, se sentaba en el café dónde lo conocí gran parte del día a mirar el mar por horas, conocía cada barco y sus movimientos. Nos mantenemos en contacto hasta el día de hoy. Personajes e historias únicas qué uno se va cruzando.

Bonnie con Lily en el paddle

Febrero del 2021, justo mi cabaña del lado, cuando hay 20 más para elegir, una pareja joven, una lata por qué no puedo poner música fuerte y saber que hay un par de ojos mirándote siempre, no había más de 5 metros de distancia, en fin resultó ser una pareja adorable. Ella, alemana, Ivonne, él, Jeff, candiense ambos profesionales con doctorados en física qué trabajaban en Bangkok y se fueron a la isla a trabajar on line ya que la ciudad entró en cuarenta total. Estuvieron cerca de 4 meses la primera vez, luego en otra cuarentena estuvieron dos meses más y pasamos a hacer grandes amigos-vecinos, y ahí éramos los en tres en su moto. para todos lados …. jajaja. Llegaron esporádicamente uno que otro personaje que la pasaba bien con ellos y cómo alcaldesa terminaba comiendo en los restaurantes, compartiendo pizzas, y anécdotas con ellos que amenizaban mis tiempos solitarios.



Ivonne, y Jeff en su terraza del lado y trabajaban así en traje de baño en el balcón, y los almuerzos de domingo de tanto en tanto en mi terraza.


Con tantas horas sentada uno empieza a entretenerse con los detalles de alrededor y no me faltaba con qué entretener mis ojos aún con la isla vacía, sin turistas y sin actividad. Aprender a seguir los cambios de mareas, que podía llegar a bajar el mar a más de 50 metros, o llegar cerca hasta la líneas de las palmeras, las variantes de tempestades y creo que habrán sido unas cinco veces en qué me ví obligada a entrar adentro por el viento y lluvia sobre el balcón. En esos días uno veía cómo los barcos tanto de turismo, cómo de pesca los movían a la parte de atrás de la isla, al resguardo, cuando pasaba el temporal volvían a este lado.


ver marejadas dónde el agua llegaba hasta mi escalera en una oportunidad en época de monzón


Tia, es su nombre un tailandés, el chófer de la escuela de buceo de al lado mío, fue un hombre que mientras estuvo en la isla un año hasta que tuvo que partir a tierra firme a buscar trabajo me pasaba a saludar periódicamente con cocos y mangos. Esa mesa con cocos nuevos para tomar de su líquido, otros abiertos para su pulpa y cocos viejos que tienen otra textura y sabor, mangos y piñas, me lo trajo todo él porque sí. Otro día qué fue de pesca y llegó con varios pescados y lo hicimos a las brasas. Él fue uno de los tantos Tais adorables, me recogía en el muelle, me llevaba a sacar mangos al bosque, pura sonrisa y generosidad aún en tiempos difíciles.


Con él aprendí a usar las hojas de cierto árbol para cubrir el pescado en la parrilla hace que se cocine más rápido y jugoso, y las hojas se usan de plato y las cáscaras exteriores de fibras de coco para limpar todo, la manos, la parrilla etc... inútilmente me enseño a usar el machete para abrir los cocos.



 

siempre desde el balcón observando los movimientos durante el transcurso del día hasta el atardecer.


Cómo dije fueron más de 600 días sentada en el balcón y los pescadores pasaron hacer tema de entretención y de estudio. Lo veía caminando con sus redes en los hombros por la playa, la tiraban al frente mío. Trabajaban en equipo, en familia, niños con papás, en parejas. Cómo antes no los había visto a los pescadores con redes, me decía. Deduzco qué es porque la playa ahora está totalmente vacía, y nadie está bañándose, los turistas muchos se quedan sentados en el mar por horas, conversando con cervezas, en la zona protegida por boyas, agua tibia, sin olas, ni marea, algo como una gran piscina. Ahora ya no hay ningún turista y ellos ahí ahora podían poner las redes. Increíble, pensarlo. En otras zonas de la playa tampoco pueden tirar redes ya que están los tantísimos botes taxis para turistas, ahora estacionados, pero no hay espacio para tirar redes, por lo qué pescar al frente en los 100 metros de boya protegidos de botes y sin bañistas era el mejor lugar para tirara redes.


es una secuencia muy reducida la que presento porque contemplé muchos días de pesca, y muchas fotos y videos, aun así solo quiero mostrar algunas variantes partiendo por los días con sus luces y clima. La primera foto y primera en la serie era la de mi amigo con quien compartimos comentarios varios. La siguiente fotos es de una técnica que ponen un palo enterrado firmemente en la arena y amarran la punta de la red y caminan hacia adentro del mar extendiendo la red en semicírculo, a la hora empiezan a recogerla, Luego es una familia que se organiza las tareas de la pesca, la otra en secuencia un hombre indica al otro dónde tirar la red de una vez que ve un cardumen y se recoger al minuto siguiente, y la última serie es cuando recogen la red después de una hora, generalmente se hace de varias personas y van metiendo los peces a baldes y la van enrollando y limpiando para guardarla propiamente.

Un pescador que me ubicaba ya en el balcón y nos hacíamos señas de saludos cada vez que pasaba por delante, un día al salir de mi nado me crucé con él y me preguntó en inglés mi edad, él siempre me veía entre mis nados, así que entablamos conversa, me llamó la atención que hablara inglés, era botero, tiene un bote taxi y trabaja con turistas y por eso su inglés, ahora sin trabajo está dedicado a pescar. Lo veía seguido caminando y mirando el mar atentamente delante del balcón, yo sin entender. Un día le pregunté por qué hacía eso de caminar mirando atentamente para allá y acá, me responde que era para ver si sacaba las redes o no, puede saber mirando sí hay algún cardumen o no. No dejó de impresionarme de cómo pueden ver si hay cardúmenes de pescados al ojo y ellos saben cuándo tirar las redes. Esta actividad que se fue multiplicando entre los locales, aunque me dicen no muy felices ya que no habían turistas y los pocos restaurantes abiertos no compraban mucho pescado. Eran sólo de uso familiar y los secaban para preservarlos. Otro me decía que ya estaba harto de comer puro pescado y vivir de solo pesca. Muchos eran boteros cesantes.


mañanas, tardes y atardeceres de pescas

Otra curiosidad fue ver al mono cosechando cocos, cada 5 meses aparecía un muchacho contratado por Máma para sacar cocos con un mono entrenado. Por un lado muy divertido verlo y por otro un abuso al pobre mico que lo tratan pésimo, sin embargo, no dejaba de divertirme al verlo cuando pasaban por el balcón. Tengo mí debate interno entre fotos versus videos y en qué momento mostrarlos en el blog. Tomé videos por qué la rapidez del mono, sus movimientos acelerados y traviesos sacan sonrisas y sobretodo el ruido cuando caen los cocos, son inconfundibles y uno tras otros, es mejor la descripción del momento qué cien palabras o muchas fotos. No me manejo en videos y no es lo mío. La fotografía, sí es lo mío, desde siempre por un lado la veo cómo graficación de eventos, siendo la que me gusta más y le dedico tiempo es a la foto-arte, dónde se busca sensiblemente un equilibrio, encuadre, proporciones, texturas, colores, temas inquietantes o bien abstractos dónde la luz es el medio. La fotografía en su conjunto de elementos ya descritos provocan una emoción, es la expresión, área en qué me manejo con conocimiento visuales. No obstante, el video aporta otros sentidos visuales cómo el movimiento, ver la rapidez, y todos los sentidos de la audición, más el diálogo. Tengo muchas situaciones que son estrictamente para videos y las fotografías jamás reflejaran su impacto, por decir una fue ver un partido de fútbol con elefantes, o instrumentos rarísimos tocado por monjes tibetanos en los Himalayas perdidos y la magia que producía el sonido, indescriptible en palabras. Puede ser más completo, sin embargo, el desafío de una buena foto y fijarla es hermoso y gratificante para mí, además con el blog me tengo que esforzar mucho en la narración de la historia detrás de la foto por lo que me complementa la escritura y ordenar mis pensamientos qué a su vez también obtengo un placer intelectual. Está el link del video del mono, junto con otro, como opción al final de la página.

Hablando de cocos y playas perfectas un día me tendí con un libro en la playa por media hora tipo 4 pm, al día siguiente sentada en el balcón oigo el ruido clásico de un coco golpear la arena con fuerza y fue justo el lugar dónde estuve 24 horas antes bajo la sombra del cocotero. Nunca más sentarse bajo la sombra, se lo comenté a Peter, buscó en internet muertes por caída de coco, me dijo 189 personas reportadas, preguntando más por acá es muy frecuente con los qué no son de la región, sentían que caían unos cuatro cocos diarios en mi entorno, no todos sobre la arena de la playa, por donde uno camina o estaciona la moto. Caen es un hecho y matan y te vas del paraíso terrenal derecho al paraíso celestial.

las fotos las saqué de la frecuencia del video, él da instrucción al mono y espera a que caigan hay que cuantos cocos ha recogido, varias decenas

Máma, la dueña de Máma Ochai, exagero y digo que tiene cien años porque es vé muy vieja. Dueña de la mejor y más cara parte de la isla, ella llegó me imagino en los años cincuenta dicen que está entre la 500 familias más rica de Tailandia y la más rica de la isla. Esa vieja que no habla inglés, construyó las primeras cabañas y diría que yo estaba en una de ellas, la mejor ubicación. Ella subarrienda -tipo de leasing- el terreno toda la playa de Sairee, para hoteles y restaurantes. Era rica por los arriendos y el valor de la tierra que posee, pero cuando le pagaba quincenalmente contaba los billetes uno a uno cómo si los estuviese esperando anguisdísima. Era solterona, sin hijos, y con una fama de maldita. Raro en una tailandesa, quizás por eso se quedó soltera, jajaja !!! tenía una hermana mucho más joven y era más tratable, pero se le veía poco. Administraba las cabañas, sin anteojos y sacaba las cuentas en la cabeza, nunca una calculadora, lápiz y papel para no creerlo y sin equivocarse. Odiaba a los burmeses y farangs, por ahí me decían que salía con pistola al que le robaba cocos, o por las noche a los pillaba teniendo sexo en la playa.

llevará la pistola en la cartera ?…. qué más puede necesitar llevar ahí en la playa, ella vive ahí mismo, y en su recepción

Ver a Máma todo el día dando vueltas, le gustaba espiarme al ser la única, le era fácil y haber sí traía alguién más en la cabaña, y cuando tenía visita se me ponía a unos metros a mirar en actitud molesta. Cuando llegué con una parrilla y empecé a hacer parrilladas se irritaba, aunque una vez hubo una mujer argentina y su hija, ahí se acercó y nos llevó cáscaras de coco para prenderla. A los hombres no los soportaba. Un día ya para más de un año en su cabaña y sola en el condominio estaba sacando cocos me regaló uno plop !!!  le hice entender que no tenía machete para abrirlo, detrás del sarong saca su machete y me lo abre, cuando conté la historia qué me regaló un coco, no lo creían, pensé que por fin me he ganado a la vieja, pero no fue así. Era impresionante verla a veces con dos bastones, plantaba cocos, desmalezar,  la vi pescando con una red a un cardumen. Una mujer activa física y mentalmente, sin un diente y no paraba de moverse con su cadera muy mal. Se fue a tierra firme a operarse la cadera y sentí un alivio en el ambiente hasta que volvió. Tuve una disputa por plata porque a Ivonne y Jeff le cobraba mucho menos y le exijí el mismo precio conmigo y me echó. Busqué otra cabaña con las condiciones de vista y en la playa, no había nada igual, ni pagando el doble. Así que no me fui y tuve que aceptar pagar más que Ivonne, Ivonne hablaba lo suficiente de tailandés y se entendía con ella en tai y creo que esa fue la discriminación. Igual el precio era ridículo de barato fue el punto de pagar un 25 por ciento más que tu vecino por lo mismo y ellos gastan mucha agua que es lo más caro de las cuentas. Dang, la masajista amiga que me ayudara con ella en la traducción, aunque el inglés de Dang era bastante precario, primero que ella me entendiera y luego moya lo que traducía. También odiaba a los perros, una porque le comían los pollos y tuvimos muchos encontrones por los perros de Bonnie cuando ella venía a mi balcón, una vez con honda los lastimó delante nuestro. Dejé mama Ochai a mediados de Diciembre y fue porque tenía amenazado de muerte los perros de Bonnie y Lily, su perrita, iba a mi balcón a veces pasaba la noche en mi cabaña y no quise ser responsable de un envenenamiento o algo así, ya la había herido con una onda unos días antes y cuando se juntaban con dos perros playeros - ojo acá no son callejeros, sino que playeros- sin dueños hacían destrozos y Máma los tenía en la mira a todos por igual, eliminarlos. Me fui otra cabaña hacia el muelle y con más bulla, era bastante mala, pero con vista y entre los restaurantes y música, cero tranquilidad, ni lugar de nado seguro, ya empezaba el movimiento en la isla. Los perros playeros eran molestosos y me tenían aburrida, pero no los de Bonnie e iban a pagar todos por igual. Bonnie nunca más fue a mi balcón porque sus perros iban siempre con ella. Quizás fue la razón de la Gringa de no pasara el día conmigo y solo aparecía de noche, qué mala experiencia habría tenido previamente con Máma. Bueno ya estaba cerrando la isla y su estadía, sólo estaba esperando a fin de año para mi alta del pie y cerrar este capítulo de mi vida y quizás dejar mí balcón anticipadamente fue cómo un empujón forzado y mejor para la transición de dejar el paraíso. 




 

Finalmente sus pollos una de las razones de hacer desaparrecer a los perros y mi patida. Acá no existen las rejas, ni gallineros como concepto, todo es abierto y siendo ella dueña parte de la isla se toma el derecho a decidir todo en su propiedad que es compartida por los playeros, caminantes, huéspedes y sobre el entorno, sin delicadezas o diplomacias, solo a la bruta.






Desde mi balcón saludaba a mis amigos con sus perros y era un placer. Entre mis queridos la Bonnie con Lily y Monti sus dos perros, a Steve con su perrita de nombre Professor, un bicho raro como ser humano, pero sin hacer daño a nadie, quién limpiaba la playa a diario, me enseñó cosas de la vida fauna marina, me trajo libros de esos temas y compartimos frases sueltas con cariño y respeto. Steve fue quién me contó que aparecía en un video en youtube. Plop.. Rápidamente fui a mirarlo, y tal cuál con el canadiense que me entrevistó sin cara ya que fue espontáneo, sin autorización. Lo recibí luego a la puesta de sol con las clásicas cervezas en veda. Él un farang, un farmacéutico prematuramente jubilado y lleva años viviendo en Tailandia y se dedica hacer estos videos por entretención y aprovechaba a viajar dentro del país vacío. El punto es que muestran lo que estoy contando visto por otros ojos, copio el link por respeto a su trabajo de bloguero en Tailandia. Hice un una copia con el celular de su video solo la parte que me interesa compartir por ser el tema que estoy abordando, -mi balcón-. Estos videos no son de mi gusto, pero se le debo porque aparecí y muestra Koh Tao para el que quiera ver más mirado por otros ojos. Al final pongo el video del esxtracto que me interesa.



Cierro este capítulo dónde el balcón con su privilegiada vista, fue parte una parte importante de mantener mi buen ánimo, calma y perseverancia. Soy de las pocas que puedo decir que la pandemia me favoreció, sí tenía que detenerme forzosamente y cuidarme del pie por 22 meses sin tener que sentirme demasiado frustrada y amargada, pués, coincidió que nadie en el mundo podía caminar libre. Crecí ante la adversidad, el espíritu se fortalece y eso a su vez da más herramientas para afrontar nuevas adversidades, más certezas. Se aprecia mejor la parte sana de uno y todo por estar sentada en mi balcón y los ojos con vista al infinito.



termino con la imagen del espíritu que mantuve de la vida en el balcón

videos sugerencias

video copia de video del canadiense

https://www.youtube.com/watch?v=4fKLbumk5rE&ab_channel=OjosdelaVagabunda

link original (derecho de autor) del que hice copia para el que le interese saber de la isla

https://www.youtube.com/watch?v=8CUSaFqWD6s&t=194s&ab_channel=SideTripLife

monos https://youtu.be/94q5ReOkFIQ

monos https://www.youtube.com/shorts/rWcqdao6dfw

Peque Canas